lunes, 22 de octubre de 2018

LA PRÁCTICA LEGAL PRIVADA Y EL ABORDAJE EN CASOS DE VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES

La elaboración de las leyes y su aplicación posterior sin duda requieren de la experticia de los abogados y abogadas. Desde el lenguaje hasta la ritualidad subyacente en la ciencia jurídica hace necesario el desarrollo de herramientas que nos son entregadas en las aulas universitarias, y aún más en el mundo de la práctica legal.

Sin embargo, es importante que la ciudadanía en general conozcan de manera sencilla y práctica el contenido de nuestro sistema legislativo, extenso, a veces enredado y hasta contradictorio, no sólo para que podamos conocer nuestros derechos, esa categoría tan mentada pero difusa a la vez, sino que podamos, de ser necesario, reclamar su reparación cuando han sido vulnerados, a través de los mecanismos de la administración de justicia. 

En este sentido, muchas mujeres estamos muy poco “acostumbradas” a los intríngulis legales y nos vemos enfrentadas en no pocas ocasiones al mundo de las leyes, que nos deja más inquietudes que certezas. En el caso de las mujeres que viven violencia en sus hogares, o que han sido víctimas de algún tipo de abuso, esto supone además una carga doble, pues al ser  víctimas se ven expuestas a lo que llamamos revictimización, que no es otra cosa que nuevamente revivir episodios de violencia o enfrentar nuevas formas de maltrato.


Al respecto mucho se ha hablado del papel que juegan las y los jueces, fiscales, defensores públicos y otros funcionarios que actúan en la administración de justicia, a la hora de atender a la ciudadanía en general y en especial a las mujeres que requieren protección frente a abusos y violencia, pero poco o nada se ha mencionado el rol de los y las abogadas particulares.

Quienes hemos litigado entendemos las dificultades y limitaciones que tiene el ejercicio de la abogacía, sabemos lo delicado y laborioso de nuestra profesión, pero, ¿cómo establecer una comunicación efectiva cuando nuestra cliente es una mujer que ha sufrido violencia intrafamiliar, sexual o cualquiera otra forma de violencia basada en género?

Desde mi experiencia como abogada litigante, en especial en organizaciones de defensa de derechos de las mujeres, debo comentarles que  ha sido y es un aprendizaje continuo, el poder comunicar adecuadamente lo que dicen nuestras normas y cómo deben ser aplicadas.¿Cuándo se trata de contener a una mujer que ha sido víctima de violencia basada en género?

De este aprendizaje es fundamental recalcar que hay tres importantes consideraciones a la hora de asumir la defensa de una mujer víctima de violencia desde un enfoque de género. La primera es escuchar con empatía, no con compasión ni lastima, pues lo que queremos es que las mujeres vayan empoderándose y apoderándose de su propio proceso legal, para al final convertirse de víctima a una sobreviviente. 


La segunda consideración es no culpar, lo que significa que debemos enfatizar que la víctima no provocó el hecho de violencia, y que es una oportunidad para salir de la situación que la victimiza. Además es fundamental identificar qué motiva a una mujer a denunciar, por ejemplo violencia intrafamiliar, la que probablemente vivió por años, tal vez uno de sus hijos empezó a recibir también maltrato, o el hecho violento fue con armas, etc. Ese motivo nos podrá ayudar a comprender mejor las inquietudes y preocupaciones de la víctima. 

La tercera consideración es que no somos los abogados los que debemos tomar decisiones, pues cuando las tomamos en lugar de las víctimas corremos dos riesgos, el que la víctima no se empodere y en algún momento deserte del proceso o el que se generen dependencias “emocionales”, cuando lo que se requiere es que la víctima pueda ir construyendo autonomía. Los y  las abogadas debemos presentar y aconsejar sobre opciones y posibilidades, no escogerlas.

Por último, es importante no descartar el apoyo de psicólogos  que puedan ayudarnos a fortalecer a la víctima, lo que no significa de manera alguna que su salud mental esté afectada, sino que para las mujeres, especialmente las que son víctimas de violencia, el proceso legal se presenta en la mayoría de los casos como un último recurso, y a veces una oportunidad de salvar su propia vida, lo que en sí mismo ya es un conflicto interno.


Escrito por: Consuelo Bowen.

Twitter: @consuemary

1 comentario:

  1. Felicitaciones excelente artículo, siga así.
    Pedro Pablo Jijón
    Guayaqui - Ecuador

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