lunes, 11 de enero de 2021

#ESLEY

#SeraLey y a esta hora #EsLey en Argentina la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 14 semanas de embarazo. La potestad de decidir sobre el cuerpo es la facultad elemental de decidir sobre nuestro proyecto de vida. El Senado argentino con 38 votos a favor saldó una cuenta con las mujeres que habitan ese país, e incluso con los movimientos que defendemos los derechos humanos en toda la región. 

Con la Ley aprobada toda persona con capacidad de gestar, que se considera con plena capacidad para prestar su consentimiento a partir de los 16 años, podrá solicitarlo, mientras que las menores de 13 años deberán presentar su consentimiento informado con la asistencia de su representante legal. Aquellas personas con edades comprendidas entre los 13 y los 16 años deberán dar consentimiento con la asistencia de sus padres o tutores si el procedimiento se hace de forma invasiva, y no mediante un medicamento, de forma que quede comprometida su salud. El personal de salud que puede acogerse a la objeción de conciencia si reúne determinadas condiciones.

En 1965 Cuba legalizó el aborto. En América Latina y el Caribe países como Uruguay o Guyana Francesa han despenalizado el aborto en las primeras semanas de gestación. Otros países no lo sancionan cuando el embarazo pone en riesgo la salud o la vida de la mujer, como está normado en Ecuador, en donde también es permitido en caso de que sea producto de violación sexual en una mujer con discapacidad mental. En Nicaragua, Haití o el Salvador, entre otros Estados, sobre todo de Centroamérica, el aborto está prohibido absolutamente. 


De acuerdo, a la Organización Mundial de la Salud, OMS en una nota de prensa de 25 de septiembre de 2020, el aborto es peligroso cuando lo practica una persona sin la capacitación necesaria, se lo realiza en un entorno que no cumple las normas médicas mínimas, se utilizan métodos obsoletos o no adecuados, o no hay información o apoyo correcto. Todo lo cual sea cuando existen obstáculos como legislación prohibitiva, carencia de servicios, costos, y sobre todo la estigmatización o culpabilización social.

Las mujeres que han quedado embarazadas sin desearlo y quieren abortar, por ejemplo cuando han sido víctimas de violación sexual, asumen el riesgo de hacerlo sin condiciones de seguridad cuando no tienen acceso a métodos seguros.  De acuerdo a la entidad internacional ya citada, en América Latina y áfrica, la mayoría de los abortos (casi tres de cada cuatro) son peligrosos. Cada año, entre un 4,7% y un 13,2% de la mortalidad materna puede atribuirse a los abortos peligrosos. 

 Como se mencionó en Ecuador el aborto no está absolutamente prohibido. Las causas por las cuales no es penalizado están previstas en el Código Orgánico Integral Penal, como lo están desde 1938. A pesar de este derecho, acceder a la prestación médica lícita de aborto terapéutico es compleja y no carente de dificultades.

Desde el 2015 el Ministerio de Salud Pública cuenta con la Guía Clínica para la Atención del Aborto Terapéutico, en la cual está descrito el procedimiento para acceder a este servicio, para el que sólo se requiere el diagnóstico del médico que determine el riesgo para la salud o la vida y la voluntad o aceptación de la mujer o su representante legal en caso de no poder dar su consentimiento. El plazo para realizarlo es de 6 días una vez solicitado. 


Sin embargo, el vía crucis para que las mujeres accedan es largo y como una de ellas dijo alguna vez, en una entrevista legal que realicé, es una tortura. La salud de las mujeres, que como indica la Constitución de la República y las leyes respectivas, no es solo la ausencia de enfermedad sino el bienestar físico, mental y social, no es mirada integralmente. Existen casos de embarazos no viables, de fetos con malformaciones que no tienen esperanza de vida, que por no representar peligro para la salud física de las mujeres son mantenidos a la fuerza a pesar del sufrimiento y el impacto psicológico que produce una condición así en las pacientes.

Existen niñas que han sido violadas sexualmente, que con edades tempranas de 10 años han quedado embarazadas y a pesar del riesgo para su salud, física y psicológica, son obligadas a gestar hasta que el producto se “venga” solo. Adolescentes que se autolesionan por tener que enfrentar un embarazo producto de violaciones sexuales incestuosas, y de las cuales, y frecuentemente son culpadas por “provocar”, aumentando su dolor y desesperación. 

Argentina ha dado un gran paso. Aquí en nuestro país estamos dando la batalla para conquistar nuestros propios cuerpos, para decidir sobre ellos, para no morir.

Ojalá lo logremos algún día no lejano y también aquí en Ecuador #SeaLey 


Escrito por: Consuelo Bowen.

Twitter: @Consuemary 

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